Por definición una ESE debe de asumir cierto riesgo económico en su gestión o como indican algunas guías de organismos oficiales “La ESE son organizaciones que proporcionan servicios energéticos ahorrando energía primaria a través de la implantación de mejoras de la eficiencia energética de las instalaciones o de utilización de fuentes de energías renovables. El pago de los servicios está basado en la obtención de dichos ahorros”.
Desde nuestro punto de vista creemos que se ha desvirtuado el origen o concepto de la ESE dado que se aplica en un alto porcentaje en complejos residenciales de viviendas que constan de origen con una instalación “moderna” ya implantada de calefacción central y agua caliente sanitaria apoyada por sistemas de energía solar térmica.
La pregunta es ¿Cuánto riesgo asumen cuando la inversión ya está realizada de origen?, ¿Qué ahorros se pueden obtener de algo que en su concepción ya ahorra?, ¿Cómo se puede ahorrar sin perder confort?. Creemos que se convierten en poco más que gestores o mantenedores de un sistema ya implantado.
Desde nuestro punto vista (sin entrar en profundidad) donde se hace necesaria una ESE y se hace aplicable su definición, es en el momento en que una comunidad de propietarios decide renovar toda la instalación comunitaria de CC y ACS por estar obsoleta, bien físicamente o bien energéticamente. Resumiendo esa renovación, la ESE, realizará un proyecto a medida, analizará la situación actual con la futura y se transmitirá de forma clara que supone para esos propietarios la inversión a realizar por parte de la ESE y como se va a facturar, así como el riesgo que asumen ellos y la ESE. Marcarán unos costes de facturación de energía y unos compromisos de ahorro, así como plazo contractual, donde si su gestión de la nueva instalación no es eficaz y transparente “supuestamente” tendrían perdidas dado que no nos podrán incrementar los costes. El concepto de un forma más llana sería “señores, ponemos 100.000 € de inversión en su comunidad, tenemos 10 años para hacerlo bien, si no lo hacemos bien perdemos dinero, ustedes sólo pagan por lo que consuman”
Ciertamente la complejidad de estas operaciones es alta, no por la oferta en sí, sino porque es complejo averiguar cuál es la realidad de los ahorros que producen la globalidad de lo propuesto. Sobre todo en comunidades antiguas, donde la media de edad puede estar en algunos casos en 60 años y suelen quedar pocas ganas de investigar.
Algo importante es que claro queda que en una caldera de gasoil es más costosa su energía primaria y a priori menos eficiente, que una de gas o biomasa, etc… Por lo tanto en un proyecto de una ESE entendemos que los ahorros que debe de proporcionar dicha ESE deben de ser diferenciados del ahorro que es implícito en la tecnología y materiales elegidos. Y es que en más de una ocasión dirán, “…señores, les ahorramos un 60% de lo que consumen”, posiblemente un alto porcentaje de ese 60% los consiga las cualidades inherentes del sistema (materiales, conductos, calderas, etc..) que implanten y un 10% debido a una gestión eficaz. Por lo tanto es conveniente diferenciar que proporciona la ESE y cuál es su apuesta como como entidad especializada en gestión energética.
Una ESE debe de ser diferente de un mantenedor y proporcionar una propuesta valor en todos los conceptos de la energía que afecten a una propiedad.
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